Hoy me toca hablar del último corto en el que he actuado. Ya hace tiempo que lo rodamos pero entre unas cosas y otras no he podido hablaros de él.
El título: “Amor a la de tres”. La historia sencilla y original; una historia de amor peculiar. Unos diálogos muy a lo Woody Allen y unos personajes muy interesantes.
Me llamaron de urgencia porque la actriz que habían elegido les falló en el último momento. La verdad, no es muy buen comienzo ser el segundo plato. Estarían pensando en la otra actriz, había que prepararlo muy rápido, tenía que aprenderme el texto, ensayar, encajar con el otro actor. En fin, todo un reto. Pero el cine es magia y aquí nuestra hada madrina nos echó un cable. Al final, no sé si me lo dijeron para no herir mi ego de actriz, pero se quedaron encantados con que la actriz fuera yo y no la que fue su primera opción. ¿Cuándo se va a dar cuenta la gente de que la mejor opción siempre soy yo? Ups, hablando del ego se me ha escapado a dar una vuelta.
El rodaje fue muy complicado. Grabábamos en pleno Agosto en un parque natural con su lago, sus árboles y su chiringuito. El sitio era precioso pero hacía un calor insoportable. Y, por supuesto, mi personaje iba con traje (pantalón, camisa y chaqueta) ¿Para qué iba a ir con algo más ligerito? No hubiera sido tan divertido. ¡Qué calor pasé! El bar se llenaba y se vaciaba de gente destrozándonos el racor. El director de producción tuvo que invitar a más de un café dando conversación para quitarnos algún pesado del plano. Y, sobre todo, la luz. Éramos unos esclavos de la luz. Todos los días mirábamos el plan de rodaje, veíamos cómo el sol se nos iba yendo y nos agobiábamos muchísimo. Al final pasó lo que tenía que pasar. Que no pudimos terminarlo, nos quedaron planos por grabar. Pero nadie quería que el corto se quedara sin hacer y buscamos otro momento para terminarlo. Ese momento fue el 8 de Noviembre. El calor dio paso al frío, los árboles llenos de hojitas verdes se habían convertido en árboles pelados con una alfombra marrón a sus pies y la gota de sudor en mi cara se convirtió en unos pelos alborotados por el gélido viento. ¿Cómo arreglarán esto? Pues no lo sé. A lo mejor queda un corto surrealista de lo más majo. Y si no se nota os juro que le voy a poner una vela al hada de la magia del cine porque se lo habrá currao.
Pero lo que más recuerdo de aquel rodaje es la gente tan estupenda que me encontré. Con todos pasé muy buenos momentos. Pasamos un “Gran hermano” de 5 días, con casa de campo y saco de dormir incluidos, muy divertido. A pesar de las dificultades yo repetiría mañana mismo.
5 comentarios:
Es una buena experiencia, un gusto visitarte.
saluo!
Gracias a ti por dejar un comentario.
Un saludo!
Lo que más me gusta de tí es la experiencia positiva que sacas de todo, porque en realidad es así, hay que disfrutar de lo que se hace y ser la mejor en ello. Es verdad no se quieren enterar y además siempre lo digo:NO SABEN LO QUE SE PIERDEN...Ya s.q.s.
Guapa! Lo de segundo plato es muy relativo... piensa en la cantidad de grandes películas que sus protagonistas femeninas en un principio iban a ser otras y al final... no puedes imaginarte ese personaje con otra actriz.
Besoso!
Animo y adelante; el mundo del espectáculo tiene sus altibajos.
Ya verás que si está para tí, surgirá un buen contrato
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