Revolución.

martes, 31 de mayo de 2011


Nunca me he caracterizado por ser activista, ni por saber de política, economía, leyes y todas estas cosas que rigen nuestra vida. Nunca me acuerdo de los datos, se me olvidan los nombres y no entiendo el leguaje que utilizan los “entendidos”. Sin embargo llevo 15 días emocionada con la revolución de la que todos hablamos ya. Confieso que yo era de esas que dicen: “Las cosas están fatal pero ¿qué le vamos a hacer? el mundo es así”. Bueno, pues ahora siento que si, el mundo es así pero se puede cambiar. Antes pensaba: “Estamos todos anestesiados” ya ahora por fin siento que nos despertamos. ¡¡Por fin estamos gritando!! Miro a la gente que están en la puerta de Sol y se me ponen los pelos de punta, hasta se me saltan un poquito las lágrimas.

Queda mucho por hacer, las revoluciones pacíficas tardan tiempo en cambiar las cosas, pero creo que ya nada puede volver a ser igual. Que ya hemos iniciado algo. No sé en qué quedará la cosa, dónde llegaremos. Pero lo que sí puedo decir es que ya me siento orgullosa de pertenecer a esta generación. Los ninis, los anestesiados, ya somos algo, ya hemos reaccionado, ya estamos intentando hacer un mundo mejor.

¿Sabéis lo que más me gusta? Que todo esto ha salido de la gente normal, no de políticos, gente de la calle, todo tipo de personas. Estamos consiguiendo pasar de colores, porque al final todo esto nos afecta a todos: rojos y azules.

Y ¿sabéis quée es lo que me da fe en esto? Que esta crisis para bien o para mal ha dejado en la calle a gente con muy buena formación. Los que están en las asambleas de barrio no son cuatro perroflautas sino gente con carreras, gente muy preparada, gente que sabe cómo funcionan las cosas y, por eso mismo, tienen ideas para cambiarlas.

Yo sólo soy una actriz que lo único que sabe hacer es actuar. Quizá yo siga sin entender de política, economía ni leyes pero pienso estar presente para ayudar a cambiar el mundo.

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